Técnicas diagnósticas

Para llegar a ofrecer el mejor tratamiento posible a los problemas vasculares, es necesario realizar un minucioso y dedicado diagnóstico de las personas que acuden a nuestra consulta.

Para llegar a ofrecer el mejor tratamiento posible a los problemas vasculares, es necesario realizar un minucioso y dedicado diagnóstico de las personas que acuden a nuestra consulta.

Para llegar a ofrecer el mejor tratamiento posible a los problemas vasculares, es necesario realizar un minucioso y dedicado diagnóstico de las personas que acuden a nuestra consulta.

Para llegar a ofrecer el mejor tratamiento posible a los problemas vasculares, es necesario realizar un minucioso y dedicado diagnóstico de las personas que acuden a nuestra consulta.

Para ello, disponemos de técnicas diagnósticas específicas, rápidas y no invasivas (exploración física detallada, ecografía-doppler, capilaroscopia, Doppler continuo, …). El diagnóstico es un paso determinante para poder ofrecer el mejor tratamiento posible a todos los problemas vasculares que afectan a nuestros pacientes.

Exploración vascular exhaustiva especializada

Cuando acuda a nuestra consulta recibirá una visita exhaustiva por un médico de nuestro equipo, indagando en la historia clínica todos aquellos antecedentes que puedan tener relevancia en la patología vascular, además de una interrogación detallada de las molestias que le afectan.

Además, se realizará una exploración física detallada y exhaustiva, que es el primer paso a seguir en todo reconocimiento vascular. Tras esta exploración, se le detallaran todas las exploraciones necesarias a seguir para hallar el diagnóstico del problema que le afecta, así como el método terapéutico más adecuado.
a. Patología venosa, varices y piernas cansadas

El estudio básico de la exploración venosa es el eco-doppler, aplicable fundamentalmente al estudio de la insuficiencia venosa y varices, se realiza, además de la exploración física detallada por un médico especialista, mediante una ecografía-Doppler color. Se trata de una prueba no invasiva, no dolorosa, rápida, sin irradiación ni riesgos para el paciente, que se puede realizar también sin riesgos en mujeres embarazadas o menores de edad. Mediante esta técnica, en manos de personal ampliamente experimentado en estas pruebas diagnósticas, somos capaces de diagnosticar la presencia de insuficiencia venosa y varices tanto en las extremidades inferiores como las superiores o el abdomen (varices pélvicas). En poco tiempo, y de forma inmediata, nos informa de si existe o no patología venosa, tipo, gravedad y evolución de la misma.


b. Trombosis venosa

La trombosis venosa tanto de miembros superiores como inferiores, se diagnostica de forma rápida, sencilla e indolora mediante un estudio eco-doppler. Esta prueba nos permite diagnosticar esta enfermedad, determinar su gravedad y extensión, y seguir la evolución de la misma. Según como se reabsorbe o recanalice el trombo en el interior de la vena, podremos ajustar el tratamiento a seguir.


c. Arteriopatías periféricas de extremidades inferiores o superiores

Las enfermedades que afectan las arterias de las extremidades inferiores o superiores se pueden diagnosticar y estudiar con distintas pruebas diagnósticas (angioTC, RMN, arteriografía, …). Sin embargo, estas son pruebas complejas de realizar, y que pueden resultar agresivas, requerir inyección de contrastes que pueden causar daño renal o requerir la utilización de radiación. Y aunque en algunos casos resultan indispensables, existe otra prueba muy útil, fácil de realizar, rápida, no agresiva ni invasiva, sin utilización de radiación: la ecografía-doppler. Mediante esta prueba, podemos de forma muy fiable diagnosticar arteriopatías, cuantificar lesiones arteriales, determinar la extensión de estas lesiones, y determinar el mejor tratamiento a seguir.


d. Troncos supraaórticos y arterias carótidas

Ante la sospecha de enfermedades de las arterias carótidas (estenosis carotídea, aneurismas, paragangliomas, tumores glómicos, o fístulas arteriovenosas, entre otros) o las arterias vertebrales, el primer estudio diagnóstico es un examen mediante ecografía-doppler. Se trata de un examen sencillo, rápido, no invasivo, que de forma inmediata y muy fiable nos permite estudiar las arterias (y venas) en estos territorios, cuantificar las lesiones, medir con precisión estenosis, confirmar la permeabilidad o cualquier otro estudio posible. Los troncos supraaórticos que podemos explorar son los siguientes, en cada lado: arterias carótidas comunes, internas y externas, arterias subclavias, arterias vertebrales, además de un estudio venoso (venas yugulares internas y externas, y venas subclavias).


e. Eco-doppler arterial oftalmológico

Ante la sospecha de isquemia oftálmica, un estudio mediante eco-doppler del globo ocular nos permitirá valorar la permeabilidad y flujo de las arterias ciliares y oftálmica, valorando una posible isquemia o déficit de aporte arterial al ojo. Habitualmente se complementa con un estudio eco-doppler de troncos supraaórticos para comprobar el estado de éstos y descartar estenosis carotídeas como origen de la isquemia oftálmica.


f. Eco-doppler transcraneal

En aquellos pacientes con sospecha de isquemia cerebral o accidentes vasculares cerebrales previos, un estudio eco-doppler de los troncos supraaórticos, entre otras exploraciones, es recomendable para descartar el origen de estas embolias cerebrales. Además de estudiar las arterias del cuello (carótidas o vertebrales), podemos también estudiar el estado de las arterias del cerebro (intracraneales), para descartar oclusiones de las mismas debidas a embolias o arteriosclerosis propia de estas arterias. Se trata de un estudio sencillo, rápido, seguro, no doloroso, que mediante la colocación de una sonda en la piel de la cabeza o sobre el cuero cabelludo, nos permite estudiar el estado de estos vasos.


g. Patología de la aorta abdominal

Las enfermedades de la aorta abdominal (aneurismas aórticos o estenosis aortoilíacas) habitualmente se estudian mediante pruebas más complejas (AngioTC, Angio-resonancia magnética). Son pruebas con muchas ventajas, per sin embargo son pruebas más invasivas y que pueden irradiar al paciente.

Afortunadamente los aparatos y técnicas basadas en ecografía-doppler han evolucionado mucho, y hoy en día podemos realizar un estudio de la aorta abdominal muy fiable, diagnosticando y cuantificando aneurismas aórticos, disecciones, estenosis aortoilíacas, o siguiendo el estado de reparaciones quirúrgicas vasculares abdominales (control de intervenciones por aneurismas de aorta abdominal, bypass aortofemoral, etcétera). Otra importante aplicación es en el seguimiento de las endoprótesis de aorta abdominal. Se trata de pacientes con aneurismas aórticos intervenidos mediante técnicas mucho menos invasivas (endoprótesis aórticas), pero que requieren un control periódico. Este control se puede realizar mediante ecografía-doppler, de forma muy fiable y menos invasiva que otras técnicas clásicas (escáner o resonancia magnética).


h. Estudio pre-implante de port-a-caths y catéteres venosos centrales

En aquellos pacientes que requieren llevar dispositivos para tratamientos endovenosos crónicos (quimioterapia, prostaglandinas, antibióticos durante largos periodos de tiempo), existe la posibilidad de colocar catéteres venosos conectados a dispositivos subcutáneos. Esto evita punciones venosas repetidas, habitualmente en pacientes con dificultad de accesos venosos. Sin embargo, y precisamente debido a que se trata de pacientes con dificultad de accesos venosos (habitualmente con trombosis venosas, flebitis), un estudio mediante ecografía-doppler preoperatorio nos permitirá seleccionar el mejor lugar y técnica para implantar el catéter venoso central, evitando complicaciones quirúrgicas y asegurando el mayor éxito posible.

Algo parecido sucede en aquellos pacientes que sufren insuficiencia renal crónica que requieren hemodiálisis por catéter venoso central. Un estudio mediante ecografía-doppler nos va a permitir comprobar el estado de las venas centrales, seleccionar el mejor lugar donde implantar el catéter e incluso utilizarlo durante la cirugía (ecografía intraoperatoria) para conseguir mayores tasas de éxito, evitar complicaciones quirúrgicas, punciones no útiles o tiempos quirúrgicos largos.


i. Control de accesos vasculares para hemodiálisis

Aquellos pacientes que sufren insuficiencia renal crónica en programa de hemodiálisis, son portadores de accesos vasculares (fístulas arteriovenosas, prótesis arteriovenosas, catéteres venosos centrales o catéteres peritoneales). Las fístulas o prótesis arteriovenosas son habitualmente el mejor método de hemodiálisis, por presentar mayor permeabilidad y menor tasa de infección o trombosis. Sin embargo, también es frecuente que presenten, tras su utilización habitual, aparición de complicaciones: estenosis, dilataciones, aneurismas, hiperaflujo, síndromes de robo, etcétera. Un control periódico de estos accesos mediante inspección clínica y ecografía-doppler nos va a permitir diagnosticar de forma precoz la aparición de complicaciones en estos accesos, pudiendo tratarlos antes de que el acceso se trombose o cause complicaciones irreversibles.


j. Cálculo de la edad vascular (CIMT)

¿Qué es la edad vascular?
La arteriosclerosis afecta a las arterias de nuestro cuerpo de forma progresiva con la edad. Sin embargo, sobre todo por el efecto de los factores de riesgo cardiovasculares, éstas pueden envejecer más rápidamente, y este envejecimiento se relaciona con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares (infarto de miocardio, accidente vascular cerebral, etcétera).

El cálculo de la edad vascular nos permite calcular a que edad corresponden las arterias de un individuo, y así poder calcular su riesgo cardiovascular real incluso en estadios precoces, antes de la aparición de síntomas o eventos cardiovasculares.

¿Cómo se calcula?
El cálculo de la edad vascular se basa en la medida del grosor de las dos primeras capas (íntima y media) de las arterias carótidas comunes distales (Carotid Intima Media Thickness: CIMT), a nivel del cuello. Para este examen se utiliza tecnología basada en ultrasonidos, que además de medir el grosor íntima-media, nos permite detectar la presencia de placas ateroscleróticas carotídeas o estenosis carotídeas (que indican, además, estadios avanzados de aterosclerosis generalizada).

Es una exploración no invasiva, segura, no dolorosa, disponible, repetible y a bajo precio. Sin embargo, utiliza equipamiento ultrasonográfico sofisticado y requiere ser realizado e interpretado por personal experto.

Además, si al cálculo de la edad vascular le añadimos otros datos de factores de riesgo (colesterol, tensión arterial, tratamiento seguido), podremos calcular también el riesgo cardiovascular ajustado a la edad vascular, pudiendo establecer el riesgo de sufrir un infarto de miocardio en los próximos 10 años.

¿Quién debería realizarse un estudio de la edad vascular?
El estudio de la edad vascular es especialmente apropiado para individuos que no sufren una patología cardiovascular avanzada, pero con riesgo de padecer un evento cardiovascular debido a sus factores de riesgo:

- Historia familiar de infartos de miocardio o accidentes cerebrales
- Sobrepeso o inactividad física
- Fumadores
- Hipertensión arterial
- Elevación de las cifras de colesterol total o LDL, o descenso del HDL
- Elevación de los triglicéridos
- Síndrome metabólico
- Diabetes mellitus

Este estudio es menos útil en aquellos individuos que ya sufren una enfermedad cardiovascular establecida (cardiopatía isquémica evolucionada, infartos cerebrales de repetición), puesto que el riesgo cardiovascular de estos pacientes ya está aumentado de base.

¿Por qué es importante?
Varios estudios han demostrado la relación de la edad vascular y el grosor íntima-media (CIMT) con la aparición de infartos de miocardio, accidentes vasculares cerebrales y otros eventos cardiovasculares. La detección precoz de una edad vascular mayor de la esperada, incluso ante la ausencia de otros factores de riesgo, predice un riesgo aumentado de sufrir eventos cardiovasculares.

Esta detección puede ayudar a establecer mejor el riesgo cardiovascular, permitiendo descubrir aquellos individuos de elevado riesgo con o sin otros factores de riesgo. Esta determinación de la edad vascular y del riesgo cardiovascular puede también ayudar a establecer o enfatizar las medidas necesarias para controlar otros factores de riesgo y hábitos de vida saludables en pacientes sin enfermedad cardiovascular establecida, evitando o retrasando su aparición.
a. Índice tobillo-brazo (enfermedad arterial periférica)

En aquellos pacientes que sufren una isquemia de las extremidades inferiores (ya sea asintomática, o en forma de claudicación intermitente o isquemia crítica), el índice tobillo-brazo es la primera exploración a realizar. Nos va a permitir medir la presión con la que la sangre arterial llega a esta extremidad, y compararla con la presión arterial normal (en el brazo). El resultado de la división entre ambas medidas es el índice tobillo-brazo (presión en el tobillo/presión en el brazo), y nos puede orientar sobre el estado de las arterias de las extremidades inferiores:

>1,2 Anormal (arterias calcificadas)
1,2-0,9 Normal
0,9-0,7 Arteriosclerosis Leve
0,7-0,4 Arteriosclerosis Moderada
<0,4 Arteriosclerosis Grave

Esta medida nos sirve para diagnosticar enfermedades de las arterias en aquellas personas que no han sufrido ningún síntoma pero que tienen los factores de riesgo habituales (fumadores, hipertensión arterial, diabetes mellitus, aumento de los niveles de colesterol – dislipemias, obesidad, edad avanzada), así como cuantificar su grado en aquellos que sí presentan síntomas (claudicación intermitente o isquemia crítica). Este diagnóstico nos ayuda a implementar tratamientos preventivos en casos sin síntomas o síntomas leves, o incluso a decidir actitudes terapéuticas más agresivas en aquellos casos con síntomas más evolucionados.


b. Test de Strandness

El test de Strandness es una prueba diagnóstica que se basa en medir la presión de sangre arterial que llega a las extremidades inferiores antes y después de realizar ejercicio, y como ésta se recupera con el reposo. Es de especial interés en aquellos casos con enfermedades arteriales iniciales, en los que el índice tobillo-brazo puede resultar negativo. En estos casos, tras realizar ejercicio, los cambios habituales que se producen (vasodilatación arterial distal) provocan que lesiones arteriales hasta ahora indetectables sean medibles mediante otras pruebas (como el índice tobillo-brazo). Con el reposo, podemos medir como estas alteraciones vuelven a la normalidad, es decir, a ser indetectables.
Por lo tanto, es una prueba fácil de realizar, sencilla y no invasiva, especialmente útil en aquellos casos con enfermedades arteriales iniciales.
Capilaroscopia

La Capilaroscopia es una técnica que se realiza a nivel periungueal, y que permite valorar las características de los capilares dístales periungueales gracias a una lente y una luz especiales. Se trata de un método simple, incruento, económico, muy útil para el estudio del fenómeno de Raynaud (frialdad y palidez en los dedos de las manos excesivo, habitualmente tras el contacto con el frío) y en otras patologías reumatológicas o vasculíticas (lupus eritematoso sistémico, dermatomiositis, enfermedad mixta del tejido conectivo, etcétera), orientándonos en la enfermedad que sufre el paciente por los cambios que ésta produce en estos pequeños capilares periungueales.
Angiografía diagnóstica y terapéutica

A pesar de todos los métodos diagnósticos de los que disponemos (exploración clínica, ecografía-doppler, índice tobillo-brazo) y de aquellos mínimamente invasivos que podemos realizar (AngioTC o escanner, Angio-resonancia magnética), en raros casos el diagnóstico preciso resulta incierto. En estos poco frecuentes casos, un estudio directamente mediante angiografía nos va a resolver las dudas. Se trata de una prueba que se realiza en el quirófano o sala angioradiológica, en la que mediante la punción de un vaso y el uso de catéteres, inyectamos un líquido de contraste en el interior del vaso (arteria o vena) para diagnosticar la presencia de enfermedades en el mismo. Se trata de la prueba más fiable de la que disponemos, pero dado que resulta más compleja de realizar y se necesita puncionar el vaso en el quirófano (más agresiva), solo se reserva a casos muy concretos.

Si bien es cierto que como prueba diagnóstica aislada resulta poco habitual, sí es muy frecuente realizarla durante una intervención quirúrgica, ya sea inicialmente para confirmar el diagnóstico antes de realizar la intervención en el mismo quirófano, como durante la intervención (tratamientos endovasculares: angioplastias, colocación de stents o endoprótesis, entre otros) o al finalizar el procedimiento quirúrgica para comprobar el resultado final.